Bowers&Wilkins celebra su 50 Aniversario.
Sonidos del Universo
Por Salvador Dangla
De West Sussex –Inglaterra- a Reedwood City –California- vía Abbey Road, el Skywalker Ranch y el Primavera Sound de Barcelona, Bowers & Wilkins celebra por todo lo alto 50 años dedicados en cuerpo y alma a la búsqueda de la excelencia en audio.

A lo largo de las últimas cinco décadas, una compañía británica ha creado, diversificado, evolucionado, perfeccionado, escrutado y estudiado la escurridiza naturaleza diaria del sonido. Fue el fundador de Bowers & Wilkins, John Bowers –un entusiasta de la música clásica en la mejor tradición de los cerebritos británicos amantes del hágaselo usted mismo- quien lo puso todo en marcha después de descubrir que las grabaciones estereofónicas rara vez igualaban la vitalidad de un concierto en directo. 50 años después, seguimos oyendo los beneficios de su investigación pionera.
El origen de la compañía tuvo lugar en 1966 –un año en el que, al parecer, cada mes aportó un evento sísmico en el ámbito de la música rock- en una pequeña tienda de Worthing. No es precisamente este el tipo de noticias que uno tendría de West Sussex; aquí, el principal objetivo de la tienda era reparar y alquilar televisores con un pequeño margen para suministrar sistemas de sonorización profesional a escuelas e iglesias. Bowers empezó a diseñar y montar cajas acústicas en la trastienda. Creía firmemente que la innovación era la clave del futuro de cualquier empresa especializada en audio, hasta el punto de tener muy claro que, como dijo en una ocasión, “si puedes hacer un producto mejor, lo venderás.”
Desde los humildes comienzos de la compañía, el equipo que la animaba estuvo absolutamente concentrado en el “sonido verdadero”, es decir la aproximación más cercana posible a lo que el músico pretendió, incorrupta y fiel hasta el más mínimo detalle. Tanto si un cliente está escuchando un vinilo polvoriento de 45 rpm como un cristalino archivo digital sin pérdidas, se beneficiará de una caja acústica que no comprometa ni al usuario exigente ni al intérprete original. Según Bowers, “La mejor caja acústica no es la que da más sino la que quita menos.”
Tanto a través del establecimiento de nuevos niveles de excelencia en investigación, desarrollo y diseño como mediante la configuración de alianzas estratégicas con aquellas marcas del sector del lujo que comparten su apreciación por las cosas bien hechas, Bowers & Wilkins es un auténtico número uno a escala mundial. Usted encontrará cajas acústicas de B&W dondequiera que una experiencia sonora superior sea primordial: tanto si está escuchando música en el trabajo, en casa o cuando va del primero a la segunda –sea por negocios o por placer- notará los beneficios. Dicho de manera sencilla, usted escuchará más detalles de la música que ama independientemente del número de veces que haya escuchado un determinado tema. La escucha del “Won’t Get Fooled Again” de los The Who revela un nivel de detalle que Pete Townsend sin duda apreciaría. Sea cual sea el lugar del mundo real donde usted necesite un sonido superior, encontrará cajas acústicas de Bowers & Wilkins, en las que la excelencia es el punto de partida.
Cuando Paul McCartney pidió que se empezara a retocar “Let It Be”, sus ingenieros lo hicieron en los Abbey Road Studios con cajas acústicas de B&W. Cuando George Lucas quiso acompañar las imágenes de su “aventura de ciencia ficción de bajo presupuesto”, recurrió a la marca británica. Allí donde se congregan los amantes de la música –ya sea en Montreux para escuchar a Miles Davis en 1968 o en el Parc del Forum de Barcelona en 2015 para hacer lo propio con Caribou- todo gravita alrededor de cajas acústicas B&W. Cuando PJ Harvey quiso crear un álbum a la vista del público en Somerset House, utilizó cajas acústicas en las que sabía que podía confiar para trabajar con niveles de volumen elevados. Cuando Björk quiere un equipo de audio que suene como si usted estuviera dentro de su boca, encima de su cabeza y en el interior de su corazón, acude a B&W. Tanto si uno lo experimenta en el Met Museum o, como hizo un servidor, en un aparcamiento de coches en el sur de Londres, escuchar la voz del número uno de los músicos islandeses con sonido envolvente a través de una batería de 16 cajas acústicas es genuinamente alucinante.
Con una plantilla actual que supera los 1.000 empleados, la marca tiene una influencia mayor que nunca, influencia que se mantiene pese a haber cambiado de propietario. B&W fue adquirida recientemente por Eva Automation, una “startup” del Silicon Valley liderada por Gideon Yu. ¿Qué es lo que más llamó la atención a Yu? En esencia, que Bowers & Wilkins es una marca capaz de ofrecer la máxima calidad sonora en extremos opuestos del espectro de precios. Es raro que usted pueda encontrar una solución en audio que se aproxime tanto a los estrictos estándares de los Jack White de turno como al consumidor que sólo quiere que una descarga de YouTube suene lo más alto posible.
Lo que separa a Bowers & Wilkins de sus contemporáneos son los años de investigación y desarrollo. La marca ha recorrido un largo camino desde las primeras cajas de madera de la P1: en la década de los 70’ estuvo en condiciones de abrir un centro de producción profesional que se completó con tecnología láser, experimentación con Kevlar y el hasta entonces desconocido paso de separar el tweeter del recinto principal. Fue la DM70, un estilizado dispositivo curvado formado por 11 módulos, el modelo que mostró por primera vez lo que B&W era verdaderamente capaz de hacer: su sonido era tan bueno como su aspecto.
Las cajas acústicas han evolucionado hasta convertirse en expresiones artísticas por derecho propio. Desde el modelo de forma tubular -parecido a un instrumento- Emphasis hasta la Nautilus, esta última una visión del futuro que no hubiera desentonado en absoluto como pieza central de una exposición de Jeff Koons. Tanto si se trata de Sir Kenneth Grange diseñando la 801 original como Morten Warren conformando el Zeppelin, estamos ante una empresa que considera que la solución al diseño de cajas acústicas no debería resolverse simplemente con otra anodina caja negra. Lo que hace a las B&W inusuales es hasta qué punto, muy a la manera de los dispositivos Apple con los que tan a la perfección sintonizan, constituyen un homenaje a la estética. A lo largo de su trayectoria, las cajas acústicas de la compañía se han distinguido de sus competidoras por ser instantáneamente reconocibles como consecuencia de su condición de componentes que se integran fácilmente en el hogar, que aparentan ser parte del mismo y, quizá lo más importante, que ahora pueden hacer que la experiencia sonora de cada uno sea la mejor posible tanto en el ámbito analógico como en el digital.
El Zeppelin, cuya versión original se comercializó en el año 2007, mostró lo impresionante que puede llegar a ser un sistema de altavoces compacto para el hogar; de ahí su condición de portal de acceso a B&W. Nueve años de significativas innovaciones han permitido que el modelo más reciente, el Zeppelin Air, se haya deshecho del puerto Apple de 30 patillas y del mando a distancia, a la vez que se ha incorporado conectividad vía App, Wi-Fi y un puerto Ethernet, haciendo de este modo que pueda dar el mejor uso posible a su todavía más amplia escena sonora.
“Lo que hace que B&W se sitúe por encima de sus competidores es su insistencia en la elaboración; nada es estándar, todo está hecho a medida.”
La conexión de Bowers & Wilkins con el mundo de los automóviles no sorprende en absoluto, en particular ahora que uno puede viajar con toda su colección de música y por lo tanto desea aprovechar tal oportunidad al máximo. Esta relación ha demostrado ser particularmente fructífera, desde un “concept car” de Jaguar hasta un BMW diamond, pasando por un tweeter Volvo. Esta relación también es bidireccional: en su proyecto Seven Notes (“Siete Notas”), un automóvil Maserati inspiró la estética y el tacto finales de unas cajas acústicas de B&W.
Lo que hace que B&W se sitúe por encima de sus competidores es su insistencia en la elaboración; nada es estándar, todo está hecho a medida. Esto tiene una importancia máxima en el mercado de los auriculares. A pesar de la incansable carrera de sus competidores por ofrecer modelos de precio cada vez más bajo, B&W jamás compromete la calidad: sólo comercializa productos cuando la tecnología disponible para los mismos garantiza la máxima calidad. Así, la compañía esperó hasta mucho más tarde que sus rivales para fabricar unos auriculares inalámbricos. No fue hasta la aparición del sistema Bluetooth aptX que B&W permitió finalmente cortar los cables.
Lo que está claro es que después de 50 años en la industria del audio, Bowers & Wilkins no tiene nada que ver con el seguimiento servil de tendencias o modas, sino que es un proceso en constante progresión. Entre sus modelos más recientes figuran algunos de los mejores componentes de audio jamás construidos. La 800 D3 es un revolucionario producto que redefine el patrón de referencia en sonido de alta calidad, una caja acústica capaz de transformar cualquier experiencia de escucha en la que tecnologías de vanguardia desarrolladas para la serie a la que pertenece son llevadas hasta el límite. El resultado es la mejor caja acústica que Bowers & Wilkins jamás haya creado. Tal y como Joe Atkins, su Director General, apuntó recientemente: “Ahora estoy pensando en cómo una marca de 50 años de edad se convierte en una de 75 años.”
Bowers & Wilkins ha editado un vídeo para celebrar su primer medio siglo de existencia. Podrá visionarlo accediendo al siguiente enlace: https://vimeo.com/195605481
Hitos de Bowers & Wilkins
- Durante la Segunda Guerra Mundial, John Bowers estuvo en el mundialmente famoso Bletchley Park, donde contribuyó al esfuerzo de guerra de los Aliados interceptando señales de radio. También estuvo un tiempo detrás de las líneas enemigas, y, ya de vuelta a Inglaterra, en 1946, fundó una tienda de material eléctrico llamada Bowers & Wilkins con su compañero de armas Roy Wilkins.
- La DM6 fue la primera caja acústica de Bowers & Wilkins equipada con altavoces de Kevlar, el mismo material empleado en los chalecos antibalas. John Bowers llegó a la conclusión de que dicho material poseía las propiedades idóneas para reproducir las frecuencias medias a pesar de que descubrir el porqué comportó varios años de investigación. El Kevlar ha sido un elemento característico de las cajas acústicas de Bowers & Wilkins durante más de 40 años y todavía se utiliza en la Serie CM y la Serie 600.
- En 1981, John Bowers vio cumplido su sueño de liberar las tareas de investigación y desarrollo de las exigencias de sus homólogas de fabricación y ventas desplazando el departamento de investigación al pueblecito de Steyning, en los South Downs. La supresión de estas restricciones fomentó rápidamente una gran sensación de libertad en la conocida como “Universidad del Sonido” que permitió llevar a cabo investigaciones pioneras que no sólo hicieron posible tecnologías que cambiaron las cajas acústicas de Bowers & Wilkins sino que cambiaron la forma en que la totalidad de la industria fabricaba cajas acústicas.
- Antes de fallecer, John Bowers dio a sus ingenieros el encargo de crear la mejor caja acústica del mundo, sin ninguna consideración en términos de precio. El resultado de este proyecto de cinco años fue la Nautilus, una caja acústica que, 20 años después de su comercialización, todavía se sigue fabricando. El sonido de la Nautilus no tiene nada que ver con el de cualquier otra caja acústica que usted haya podido escuchar, su precio es de 65.000 euros por pareja y se puede pedir en cualquier color.
- Bowers & Wilkins fue el primer fabricante de cajas acústicas en utilizar el diamante como material para los tweeters. Fabricados por Element 6, una empresa integrada en el De Beers Group, los diamantes sintéticos son “cultivados” mediante una técnica llamada Deposición Química de Vapor (CVD) utilizando temperaturas similares a las de la superficie del sol. Los tweeters con cúpula de diamante se utilizan en la Serie 800 Diamond y en el sistema de audio desarrollado para la nueva Serie 7 de BMW.
El actual buque insignia de Bowers & Wilkins y sin duda la caja acústica más completa jamás construida por la marca británica: la 800 D3, creada para celebrar 50 años dedicados a la excelencia en audio
MÁS INFORMACIÓN: www.bowers-wilkins.es