La mejor esencia, fabricación con cariño y a mano, componentes seleccionados, minimalismo estético, capacidad dinámica espectacular, de lo que todavía muchos llaman “sonido inglés”. Descubrimos este amplificador Rega Brio en Supersonido.
Por Salvador Dangla
Esto es lo que nos ofrece la más reciente declinación del incombustible Rega Brio, un personalísimo amplificador integrado tan musical como asequible nacido para constituir el corazón de un equipo de auténtica Alta Fidelidad
Reinventando un gran clásico del High End asequible
Es fácil decirlo a toro pasado, pero si lo que se conoce como minimalismo británico –o “inglés” – en audio de alta calidad existe se debe en buena parte a Roy Gandy, un personaje inteligente, interesante y visionario que hace 44 años –su particular viaje empezó en 1973- llegó a la conclusión de que era posible –aunque a los 18 años diseñó y construyó sus primeras cajas acústicas- mejorar el giradiscos Garrard que formaba parte del equipo de Alta Fidelidad de un buen amigo. Una conclusión que se materializó en el giradiscos Planet, al que en 1975 siguió el Rega 2, a su vez mejorado sucesivamente y punto de partida de una aventura empresarial del que incluso tomó nota el influyente Financial Times cuando Rega, la empresa fundada por Roy para ello, celebró por todo lo alto la fabricación de su giradiscos número 100.000.
Minimalismo británico en audio significa, en la particular interpretación de Rega, algo aparentemente tan sencillo como fabricar todos sus productos completamente a mano en el Reino Unido y dar prioridad a lo que verdaderamente importa para obtener un sonido lo más natural posible. Todo ello en el contexto de un diseño en el que las líneas puras, diáfanas, no está reñido con lo atractivo, filosofía que por otro lado se aplica de manera progresiva –sin renunciar un ápice a sus esencias- a medida que ascendemos en una gama muy completa de la que forman parte no sólo giradiscos sino también brazos de lectura –los mejores en relación calidad/precio fabricados en el Reino Unido- cápsulas, amplificadores integrados, lectores de CD, previos de fono, DAC’s y cajas acústicas.
Haciendo honor a su nombre
Como corresponde a una compañía de propiedad enteramente privada, especializada en audio estereofónico, sin vocación de comerse el mundo y con la persona que la fundó dirigiendo todavía sus destinos, Rega sólo comercializa productos que han sido objeto de una profunda reflexión. Y esto vale tanto para las referencias de nuevo cuño como para las mejoras/evoluciones de modelos ya existentes. A este segundo grupo pertenece el amplificador Brio, un gran clásico de Rega y punto de partida –y además desde hace muchos años- de la propuesta de la marca en materia de amplificadores integrados. Podemos decir que el Brio un viejo conocido de Supersonido como consecuencia de su condición de compañero natural de los giradiscos de la marca y opción infalible para constituir un sistema de Alta Fidelidad “entry level” con las máximas garantías de realismo sonoro, es decir de musicalidad, sin forzar el presupuesto.
Para quienes ya conozcan la operativa de Rega, la mera existencia de una versión mejorada del Brio es ya en sí misma toda una garantía de calidad superior –a todos los niveles- con respecto a los excepcionales resultados ofrecidos por el modelo precedente. A aquellos que deseen conocer el universo de la Alta Fidelidad “de verdad” al mejor precio, les bastará con saber que el nuevo Rega es un nuevo exponente de lo que se conoce como “audio de excepción” a precio democrático. Y además con una componente clásica, atemporal, que le permite encajar igual de bien reproduciendo un disco de vinilo, un CD o el archivo de alta resolución más exigente, sin olvidar el hecho de que está fabricado en plena Inglaterra por personal experto que disfruta con su trabajo en unas instalaciones que, sin perder nunca su carácter artesanal, casi familiar, llevan años incorporando herramientas cada vez más potentes y precisas. Concretemos ya en el nuevo Brio: formato ultracompacto característico de Rega, construcción enteramente metálica y –gracias a su robustez- antirresonante con unos mecanizados impolutos, conectividad correcta y magníficamente ejecutada y, sobre todo, una topología circuital fruto de una importante reflexión sobre lo hecho hasta ahora. Como de costumbre, Rega es un poco parca con los detalles técnicos, más que nada porque considera que sus productos son herramientas para producir música y lo que hay detrás para conseguirlo es secundario. Aún así, vale la pena saber que el Brio entrega 50 vatios continuos por canal sobre 8 ohmios (73 vatios continuos sobre 4 ohmios), que su curva de respuesta en frecuencia es casi perfecta tanto en fono (15-40.000 Hz; puntos de corte a -3 dB) como en línea (12-43.000; puntos de corte a -3 dB) y que la sensibilidad de la entrada de fono es de 2’1 mV (lo que nos permite trabajar con un amplio repertorio de cápsulas… incluso con algún que otro modelo de bobina móvil con salida alta). Pero la verdad es que esto no dice gran cosa sobre el aparato ya que hay en el mercado un montón de amplificadores con especificaciones similares.
Tecnología, la justa para que la música pueda expresarse sin cortapisas
Uno descubre que el Brio marca diferencias, y además notables, entre los productos de su clase cuando accedemos a su muy bien aprovechado interior. Destaca en primer lugar un transformador toroidal de generosas dimensiones que nos permite asegurar no sólo que los 50 vatios continuos por canal sobre 8 ohmios del Rega serán “de verdad” sino que en un momento dado nos permitirá satisfacer picos de, por ejemplo, 80 vatios sin distorsión. Dicho de otro modo, que el Brio está pensado para satisfacer exigencias importantes en materia de dinámica, en suma, que es un amplificador con mucho “brío”. Entre otros refinamientos, el fabricante subraya la mejora de la placa de circuito impreso principal para facilitar la incorporación de componentes de mayor calidad y superiores especificaciones o la incorporación de una segunda fuente de alimentación para incrementar el nivel de aislamiento entre la etapa de salida (es decir de amplificación de potencia) y la de ataque (secciones de línea y de fono), léase entre señales de alto y bajo nivel. El resultado: más transparencia y más dinámica al reducirse el nivel de ruido. De hecho, el Brio incluso incorpora los reputados amplificadores operacionales de la firma japonesa MUSES en sus etapas de línea y de fono, así como un trayecto de señal optimizado que le permite utilizar la electrónica de amplificación interna para excitar auriculares… en suma, pequeños detalles que marcan la diferencia para convertir el nuevo Brio en un gran clásico.
Sonido enérgico, preciso y equilibrado
Hemos escuchado el Brio con múltiples combinaciones, pero nos gustó especialmente el resultado obtenido en compañía del reproductor de CD Apollo-R (que viene a ser su fuente digital “a juego”) y una pareja de las sorprendentes y muy británicas –por el punto aristocrático de su diseño y la calidad de los altavoces- cajas acústicas Wharfedale Denton 80th Anniversary, todo ello cableado con QED.
La presentación de la música convence por su equilibrio tonal y su naturalidad, llamando mucho la atención el notable punto de garra en los párrafos más “nerviosos”, por llamarlos de algún modo, con una sensación de trabajo bien hecho que gusta de inmediato. Hay también un excelente nivel de detalle y unos graves que, pese a las compactas dimensiones de las cajas acústicas utilizadas, están en condiciones de dar el do de pecho incluso durante la reproducción de composiciones orquestales de gran envergadura. Con formaciones tales como los tríos de jazz o las composiciones de música clásica e incluso pop más intimistas los resultados son sencillamente brillantes.