Tu Alta Fidelidad El hombre y la tierra

Opinión Manel Segarra

El hombre y la tierra

Tu Alta Fidelidad Manel Segarra

En artículos anteriores ya he hablado de la relación entre la electrónica de consumo y los sentidos humanos. Es decir, he establecido unas conexiones que no se limitan a la vista y al oído, de tal manera que, al final, nuestras percepciones del exterior forman un conjunto que es interpretado por el cerebro dando como resultado unas emociones, un estado anímico o un satisfactorio placer sensorial o intelectual.

Podríamos decir que, hasta aquí, no he descubierto nada nuevo. Pero mi inquietud acerca de la influencia que la música y los aparatos de Alta Fidelidad pueden generar en la sociedad me ha llevado a investigar en el Altiplano murciano. Quienes me sigan, sabrán que la confluencia de las Denominaciones de Origen de Alicante, Jumilla y Yecla ejerce en mí una poderosa atracción derivada del tipo de uva que predomina allí: la monastrell. Efectivamente, para recrear mis sentidos no hay nada mejor que la expresividad de este tipo de vino, mediterráneo por excelencia pero mucho más apreciado en Estados Unidos y Alemania que en España. Y de esta manera, recorriendo la solitaria carretera que une Yecla con El Pinòs penetro en el señorío de Barahonda para descubrir definitivamente el eslabón perdido. La prueba que demuestra la interacción entre lo escuchable y lo bebible. Entre el artista y la naturaleza. Entre el hombre y la tierra.

“Wine & Song Vol. 1” surge de la idea de que al igual que se ha estudiado que la música influye en el carácter del niño cuando la madre embarazada la está escuchando, las canciones pueden influir igualmente en el vino. Por ello, en las bodegas Barahonda se decidió poner música al vino una vez embotellado, para suavizar y dulcificar los taninos. Con la colaboración del publicista Jorge Martínez, la selección musical la hizo la periodista especializada de Radio Nacional de España Lara López.

Franco Batiatto, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Enrique Morente y otros más aportan sus notas, su melodía, su arte para interactuar con un producto también creado por el hombre, pero que proviene directamente de la tierra. Acorde con el carácter sofisticado, ecléctico y rebelde del vino, estas canciones tienen como objetivo pulir, estimular y sublimar. Después de estar 59 horas y 35 minutos y 2 segundos escuchando música durante su última fermentación, el “Wine&Songs Vol. 1” se convierte en un vino fresco en boca, con las notas precisas de crianza en barrica y el color rojo picota propio de una juventud ilustrada y precoz.

Siendo como es Tu Alta Fidelidad una web especializada en audio, quizá el lector se pregunte qué equipo de Alta Fidelidad se empleó en el interior de las bodegas para reproducir las distintas piezas musicales. De hecho, ésta era la idea principal entorno a la cual pensaba escribir estas líneas. Pero, recapacitándolo mejor mientras saboreo una copa de “Wine&Songs”, he decidido mantener el secreto de la electrónica que conecta al hombre con la tierra. Aunque quizá un buen catador audiófilo pueda averiguarlo…