Múnich High End 2017
La fascinación por la excelencia sigue intacta
Por Salvador Dangla
Décima entrada del Blog de Salvador Dangla
Voy a hacer un “break” en mis prometidas reflexiones sobre las famosas “mentiras del audio” para hablarles un poco, todavía en caliente –cerró sus puertas el pasado 21 de mayo- de la gran cita anual de la “audiofilia” europea, en algunos casos mundial: el certamen High End de Múnich. He dicho “un poco” porque las presentes líneas pretenden ser el prólogo de un extenso reportaje que publicaremos dentro de una semana.
Sí, hay que ser humilde y adaptarse al medio en el que uno trabaja porque el año pasado, coincidiendo con el replanteamiento de www.tualtafidelidad.com y con la entrada de un servidor en Internet, realizamos un esfuerzo monumental para comentar el evento en cuestión. Sin embargo, la experiencia de un año yendo “apunta de gas” –lo reconozco- me ha demostrado que en la Red es mejor un “artículo 8’5” la semana que viene que un “artículo 10” el mes que viene. Obviamente, lo ideal sería un “artículo 10” mañana mismo pero, sinceramente, el mero hecho de poner orden en casi mil fotografías y unos cuarenta kilos de catálogos lleva su tiempo por mucha experiencia que uno tenga al respecto. Así las cosas, ¿qué habría que destacar a grandes rasgos de este High End 2017? De entrada, que el espacio del M.O.C. –el centro de exposiciones situado en el “primer anillo” de Múnich en el que se celebra el evento- estaba lleno hasta la bandera. En los pisos superiores quedan todavía espacios vacíos, pero parece que no pertenecen a la “jurisdicción” de “nuestra” feria.
Precisamente la ausencia de espacio disponible, sobre todo para salas, es el principal argumento que hay detrás del, por llamarlo de algún modo, “salón paralelo”, de nombre hifideluxe, que desde hace años se celebra en un hotel cercano al M.O.C. Cierto que hay en tal hotel, organizados en la “configuración clásica” de las exhibiciones dedicadas al sonido de excepción, productos y equipos de gran nivel, como pude comprobar la única vez que fui (de eso hará unos 4-5 años). Pero, sinceramente, no me trago la explicación/excusa de marras ya que todo suena un poco a ganas de ahorrar, algo muy loable pero que personalmente considero muy cutre –además, lo de tener que utilizar las escaleras de servicio para ir de un piso a otro porque el ascensor es un desastre resulta bochornoso; si esto lo llegamos a hacer en España, nos cortan los huevos- porque estanos hablando de productos que a menudo son tan caros que con un par de unidades vendidas se gana lo suficiente para pagar un espacio decentito en el M.O.C. Además, aunque la organización de hifideluxe pusiera, como cada año, un servicio de transporte gratuito justo delante del citado M.O.C., ello no quita la incomodidad que supone el tener que desplazarse para ir del “espacio principal” al secundario. Y, en cualquier caso, el recuerdo de que tal forma de actuar se encuentra en el origen del fin del CES como evento audiófilo de referencia a escala planetaria –ya se sabe: divide y vencerás- hace que, definitivamente, un servidor de ustedes no le siga el juego. Continuemos.
Sobre el certamen muniqués que acaba de cerrar sus puertas, las opiniones son encontradas en función de cuál sea nuestro interlocutor. Desde luego, desde el punto de vista del aficionados puro y duro, léase del “no profesional”, lo que hay en el M.O.C. es poco menos que el Olimpo, el Nirvana o como quieran llamarlo. De hecho, falta tiempo físico para ver lo que hay y no digamos ya escuchar con el mínimo de calma –pongamos 10 minutos- lo que tenemos a nuestra disposición. Además, el hecho de que el certamen High End ostente ahora mismo un “status” global, léase de influencia a escala mundial, hace que a Múnich vengan muchos profesionales -8.002 este año- de un montón de países -78- para conocer lo que se cuece en materia de audio de excepción, representado en la presente edición por productos de más de 900 marcas… sí, han leído bien, novecientas. Luego está la parte “negativa”, materializada en comentarios del tipo “900 marcas superan el número clientes potencial para tal o cual tipo de producto en un país como España”. Comentarios que quizá sean exagerados pero que por otro lado reflejan el estado de ánimo de no pocos fabricantes e importadores a quienes les preocupa la endogamia que aqueja a una parte importante del mercado del sonido de excepción. Aún así, lo que sucede es que al estar el universo del High End poblado por una miríada de pequeñas empresas conducidas por empresarios que no pocas veces son también simples aficionados (que en no pocos casos se comportan, para mal, como tales), sucede que hay marcas que se concentran fundamentalmente en crear máquinas fastuosas para clientes megarricos a los que meten tal “polvo” que con lo que ganan vendiendo unas pocas unidades amortizan de sobra su presencia en Múnich. Por lo tanto, hay que tener perspectiva cuando se habla de ciertos productos de excepción a escala planetaria porque, por ejemplo, para el flamante importador para España de los fabulosos giradiscos de la japonesa TechDAS vender dos o tres unidades igual será una tarea titánica pero ese goteo aplicado a varios países más el hecho de que en algunos de ellos la citada cifra será sustancialmente superior hará que el fabricante se sienta más que a gusto… incluso que se vea incapaz de satisfacer la demanda existente.
Por lo demás, me gusta insistir en el carácter eminentemente conservador –pese a que en no pocos de los productos implicados hay tecnología punta o se utiliza tal tecnología para desarrollarlos y construirlos- del sector del audio High End, sobre todo en países “potentes” al respecto como Alemania y Japón. Que el logotipo del certamen se haya cambiado este año para hacer referencia sólo al sonido –durante años Múnich aspiraba también a convertirse en un referente en el ámbito de la imagen de alto nivel, pero es evidente que no pudo ser- lo corrobora de manera inapelable. Por lo demás, si alguien me preguntara sobre las principales tendencias observadas, mi respuesta sería un lacónico “sin cambios”. Sí, había productos singulares, otros imponentes y otros con pretensiones de cambiar el mundo, pero lo cierto es que, a excepción de la generalización del uso de Internet –tanto vía descargas como “streaming”- como fuente de sonido de muy alto nivel, apenas percibí cambios con respecto a la edición de 2016. De ahí que la crónica que publicaremos la semana que viene se concentre principalmente en los componentes y equipos presentados, que, no hay que perderlo de vista, eran muchos y muy buenos. Así a modo de adelanto me cuesta un poco citar material que realmente me impresionara, aunque puestos a señalar productos concretos me gustaría destacar el giradiscos Air Force Zero de TechDAS, la nueva generación de electrónicas “top” de “nuestra” Wadax (¡enhorabuena, querido Javier, aunque nos tengas un tanto olvidades!) y las soberbias etapas de potencia monofónicas de referencia de MOON, estas últimas sacando el jugo a las sensacionales –presentadas el año pasado a puerta cerrada en un establecimiento especializado situado en las afueras de Múnich- Wilson Audio Alexx.
¡¡¡Nos vemos la semana que viene!!!
