Ha llevado su tiempo con respecto a países como Alemania o el Reino o Unido pero, como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena. Y la “dicha” es en este caso la llegada a nuestro país, casi tres años después de su “refundación”, de los esperados y muy atractivos productos de la nueva Technics, versión corregida y ampliada de la en su momento prestigiosa “rama” de Panasonic Corporation dedicada al audio de alta calidad.
Un regreso del que enseguida se notó que había sido fruto de una decisión muy meditada porque la puesta en escena en escena elegida para formalizarlo –un gran espacio, diáfano y diseñado con innegable buen gusto acompañado de una sala de audición perfectamente acondicionada, todo ello dentro del “stand” de Panasonic en la IFA de Berlín de 2014- fue, amén de espectacular, toda una declaración de intenciones que se han traducido en una realidad que ha superado a las mejores expectativas.
Unos productos pensados por y para la música
Volviendo a otro refrán clásico, “una imagen vale más que mil palabras”, la verdad es que la simple inspección del catálogo editado por Technics para dar a conocer sus renovados productos es un dechado de elegancia. De hecho, la misma que emana de Michiko Ogawa, una licenciada en Ciencia y Tecnología, amante consumada de la música clásica y el jazz –ha publicado un total de 14 CD’s- que en 1986 entró a formar parte del equipo de Technics, marca integrada en la entonces denominada Matsushita Electric Industrial Company. La Sra. Ogawa tuvo un papel clave en el desarrollo de la espectacular caja acústica equipada con el primer altavoz con diafragma ultradelgado del mundo, la Technics AFP1000, por lo que parece lógico que el regreso de la marca japonesa 13 años después de su desaparición y el hecho de que ella esté al mando sea algo más que una simple “resurrección” táctica. Y, en efecto, los nuevos Technics no decepcionan en ningún sentido, destacando de inmediato por una pureza de líneas muy “años 70/80” a la japonesa que se completa con una tecnología en la que confluyen elementos clásicos y otros de última generación verdaderamente originales y exclusivos encaminados a facilitar el encaje en la era del nuevo audio digital “hi-res”, todo ello, por supuesto, sin dejar de lado una leyenda del audio analógico que además pasa por ser el único producto de la marca que sobrevivió a la primera era de la misma: el giradiscos SL-1200. Dicho con otras palabras, los nuevos Technics, entre los que se incluyen etapas de potencia y cajas acústicas de referencia absoluta, aspiran a ser objeto de la máxima consideración por parte de los melómanos y audiófilos más exigentes.

Amplificador integrado con DAC incorporado SU-G700 y giradiscos SL-1210GR: dos productos pensados para seducir durante años
Dos vúmetros analógicos y la impoluta terminación en aluminio pulido del panel frontal más un diseño industrial minimalista y tradicionalista a la vez constituyen el guiño más elocuente del amplificador SU-G700 a sus aclamados antecesores de la Technics “original”. Pero si investigamos con un poco de detalle y nos tomamos la molestia de comparar, la realidad es que estamos ante un producto más asimilable al High End genuinamente nipón que a las realizaciones “mainstream” de cierto nivel al uso. En lo que a prestaciones “puras” se refiere, tenemos una potencia de salida de 70 vatios continuos por canal sobre 8 ohmios que se multiplican por dos cuando la impedancia se reduce a la mitad (es decir 4 ohmios), lo que significa que el SU-G700 dispone de una excelente capacidad de entrega de corriente. Esto nos lleva a un panel posterior en el que encontramos unos terminales de conexión a cajas –sólo dos por canal- de muy alta calidad –de hecho, permiten incluso el uso de cables de gran grosor- y lo que sin duda conecta el Technics con el audio digital de última generación: una funcionalidad DAC que permite, vía conexión USB 2.0 en modo asíncrono, reproducir archivos PCM hasta 32 bits/384 kHz (también con frecuencia de muestreo de 352’8 kHz, por supuesto) y DSD hasta DSD256 (es decir con muestreo a 11’2 MHz).
Pero no hay que dejarse engañar por la sección de conectividad digital del Technics porque lo que realmente marca la diferencia del aparato con respecto a sus competidores es precisamente la tecnología digital… ¡utilizada para optimizar la gestión de sus secciones más “analógicas”! Todo ello con permiso de una construcción cien por cien metálica altamente robusta –doble chasis- organizada en tres compartimentos (fuente de alimentación, amplificación de potencia/corriente y circuitería de audio propiamente dicha). La citada tecnología digital se concentra en cuatro esquemas exclusivos de Technics que responden a las denominaciones JENO (“Eliminación del Jitter y Optimización de la Conformación de Ruido”) Engine, LAPC (“Calibración de Fase Adaptativa a la Carga”), “High-speed Silent Hybrid Power Supply” (“Fuente Alimentación Híbrida Silenciosa de Alta Velocidad”), “Battery Driven Clock Generator” (“Generador de la Señal de Reloj Alimentado por Batería”). Vale la pena dedicar unas líneas a comentar el primero de los citados esquemas, del que por otro lado los ingenieros de Technics se sienten muy orgullosos. Así, lo que pretende el JENO Engine es transmitir lo más fielmente posible y sin pérdidas la ingente cantidad de datos de audio que son enviados a las cajas acústicas. Para ello, se sitúa justo antes de la etapa de amplificación de potencia propiamente dicha, a su vez también “digital” (es decir conmutada o en Clase D), siendo su objetivo fundamental la reducción de la tasa de “jitter”. Formado por un circuito de regeneración de la señal de reloj, un convertidor de frecuencias de muestreo y un modulador PWM (“Pulse Width Modulation” o “Modulación por Ancho de Pulso”), el citado sistema consigue la virtual eliminación del “jitter” en todas las frecuencias del espectro de audio. Por otro lado, de la conversión PWM se encarga un circuito específicamente concebido para optimizar la calidad sonora. Junto con el segundo de los citados esquemas, el LAPC, que utiliza procesado digital de señal (DSP) y un algoritmo de optimización adaptativo para que las curvas de respuesta en amplitud y fase de la señal musical sean lo más planas posible, se consigue que el SU-G700 exhiba un sonido extremadamente poderoso y transparente. Todo ello se remata con el tercero y cuarto de los esquemas mencionados, esenciales para mantener tanto el nivel de silencio –léase la dinámica- como la precisión tonal.

Igual de atractivo que el SU-G700 pero con el añadido del punto de romanticismo que le confiere el hecho de ser el heredero de una auténtica leyenda puesto que el SL-1210GR es una versión simplificada del SL-1200G, a su vez declinación a la última del modelo SL-1200 original. ¿Qué tenemos aquí? Pues aparte de una construcción mecánica de primerísima clase –y mucho más compleja de lo que a priori cabría imaginar- de la que se benefician elementos como el chasis, el cojinete o el plato (en aluminio de fundición), una evolución del sistema de tracción directa (“Direct Drive”) creado por Technics hace casi medio siglo (1970) y el efectivo brazo en “S” equilibrado dinámicamente desarrollado también por la marca japonesa y, por supuesto, un par imponente combinado con una velocidad de giro ultraestable.
Un sonido con fuerza, resolución y un innegable punto de elegancia
La combinación, vía cables QED (Audio 40 en interconexión y Supremus en cajas), de los dos Technics (con el giradiscos equipado con una cápsula de imán móvil/MM de Audio-Technica) con una pareja de columnas Concept 500 de Q Acoustics demuestra hasta qué punto el SU-G700 juega en una liga diferente de la de sus ilustres antecesores. Desde luego, si hace diez años nos hubieran dicho que una electrónica integrada a transistores cien por cien “a la japonesa” y precio no prohibitivo sería capaz de exhibir tal grado de entendimiento con unas cajas acústicas tan “british” como las Concept 500 –que, por cierto, acaban de ganar uno de los prestigiosos Premios EISA- nos hubiera costado creerlo. Cierto que el SL-1210GR lo pone fácil gracias a un diseño muy depurado en el que un ruido de fondo excepcionalmente bajo y la precisión extrema de la velocidad de rotación contribuyen a dotar al sonido –la escucha de grandes clásicos como Supertramp, Pink Floyd o Dire Straits es una delicia- de un carácter líquido, fluido, tremendamente cálido por un lado y, por otro, una dinámica casi “digital”.
No se puede negar que en este caso “segundas partes sí fueron buenas”, a la vez que podemos adelantar sin reservas que la sección digital del SU-G700 se aprovecha descaradamente de las ventajas aportadas por las tecnologías únicas del aparato.