De entrada, parece que el Merlin de Musical Fidelity juega la baza del diseño, el tamaño compacto y la facilidad de uso, pero un análisis completo nos revela muchas más cosas. Este equipo ha sido galardonado en los Premios ON OFF 2016 como el mejor sistema de Alta Fidelidad.
Solo las grandes marcas son capaces de concebir un producto que englobe tantas posibilidades y soluciones como el sistema Merlin. Aunque lo verdaderamente destacable es que el producto funcione hasta el punto de satisfacer a usuarios de distintos perfiles y necesidades. Porque la británica Musical Fidelity ha englobado en un solo sistema a prácticamente todas las fuentes de sonido posibles: desde el giradiscos hasta el bluetooth pasando por todo tipo de entradas analógicas y digitales. La idea es dar ofrecerlo todo para que el cliente no deba pensar en nada más para completar su equipo de música.
Como no podía ser de otra manera tratándose de Musical Fidelity, el corazón del sistema es el amplificador de 50 W en clase D y configuración doble monofónica. Es compacto, con una conectividad inmejorable y, lo que es más interesante aún: incorpora un módulo de amplificación de auriculares de alta calidad. Lo cual, me redunda en la idea de que ningún usuario, sean cuales sean sus condiciones d escucha pueda encontrar ninguna carencia en el equipo. Los altavoces, estudiados para rentabilizar al máximo las características del amplificador son también pequeños, de forma elíptica y con la posibilidad de colocarlos en vertical u horizontal. Precisamente, su forma original y su reducido tamaño nos podría llevar a pensar que son un poco «solución de comprmiso». Pero nada más lejos de la realidad. Aquí todo se ha estudiado y desarrollado específicamente.
El diseño de las cajas acústicas responde al concepto de «Sistema Multiplicador de Difracción». Basándose en un solo transductor y un pequeño puerto «bass reflex» trasero, cada altavoz es capaz de generar una presión sonora propia de recintos mucho más grandes. Como hemos comprobado en nuestros bancos de pruebas, su rendimiento demuestra que, en realidad, son la parte más innovadora técnicamente del equipo.
Pero, aún así, parece que los de Musical Fidelity no han dejado ningún flanco por cubrir y si el aficionado, después de probar el Merlin quiere unos graves más profundos, el amplificador cuenta también con una salida dedicada para un subwoofer que se ofrecerá como opción. Aunque, obviamente, es posible añadir este accesorio aunque sea de otra marca. En nuestra opinión, si el Merlin va a estar en una sala realmente grande, puede ser muy interesante añadir un subwoofer activo de unos 100 o 200 W. Pero quizá la guinda de todo el tinglado, y lo que realmente atraerá a más de un melómano, es el giradiscos de concepción netamente audiófila. Aquí, la marca británica no se ha complicado la vida y ha apostado por un producto de origen Pro-Ject. Se trata de un aparato muy atractivo visualmente, muy minimalista y con los ajustes suficientes para optimizar su rendimiento y precisión. Como curiosidad, el centro de gravedad coincide con el pivote del centro del plato. Por eso parece que sobre espacio en el lado del motor. Como puede apreciarse en la foto, la tracción es por correa, garantizando así que el motor no transmita ninguna vibración al plato. El brazo, por su parte, está muy bien acabado ofreciendo al tacto ligereza y solidez. El cartucho incorporado es el Audio-Technica AT95E de imán.
En nuestras pruebas con la unidad suministrada se han empleado tanto vinilos como archivos flac (via USB). Ha destacado, sobretodo, la coherencia de los altavoces. Posiblemente, la ausencia de filtro divisor juegue a favor de este sonido tan bien cohesionado. El timbre de cada instrumento es más que correcto y la voces humanas pasan la prueba con nota alta. Incluso parece que el sonido fluya de unos recintos mucho más grandes. En música pop el Merlin ofrece pegada y diversión, pero… ¿Podría tener más contundencia en la zona baja? Puede que sí, aunque tampoco podemos hablar de falta de graves. Pero, en cualquier caso, para eso ya hemos comentado la posibilidad de incorporar un subwoofer. Y, desde luego, el sistema de Musical Fidelity va un paso por delante, en cuanto a grandeza del sonido, de cualquier producto de marcas competidoras. Pero, cuando verdaderamente se disfruta del Merlin 1 es al anochecer, con un vinilo de jazz clásico, con el equipo oculto en la penumbra mientras saboreamos un Bourbon.
En ese momento, nos olvidamos de las cajas y la electrónica y, casi sin querer, nos hacemos a la idea de que estamos disfrutando de un verdadero equipo de Alta Fidelidad full-size. Porque el Merlin nos estará ofreciendo la calidez de su sonido con una calidad impensable y sin tenernos que complicar la vida con inciertas sinergias de combinaciones que solo son buenas sobre el papel.
CARACTERÍSTICAS
Sistema Modular Multifuente MERLIN 1
Potencia nominal de 50 W a 4 ohmnios
Entradas por Bluetooth, jack 3,5 mm., USB y óptica
Amplificador auriculares
Giradiscos opcional
Precio: 2.299 euros