Calidad concentrada: funcionalidad y diseño

Fuente «entry-level» para acceder al mundo de los vinilos, este giradiscos minimalista supera sus propias expectativas porque lo concentra todo en extraer un buen sonido.
No suelo prodigarme en hacer bancos de pruebas de giradiscos. El motivo no es otro que el de la incomodidad del desembalaje, el montaje y los ajustes. Sobretodo porque estamos hablando de aparatos cedidos por las marcas para su evaluación y cualquier cuidado con ellos es poco. A menudo, causa hilaridad en mi familia verme manipular con mis guantes blancos de algodón los distintos cacharros que van llegando a casa. Pero, después de casi una hora, el Pro-Ject RPM 3 Carbon queda perfectamente ajustado y puedo empezar a disfrutar de él. Llama poderosamente la atención la simplicidad de todos sus elementos. El motor de arrastre, por ejemplo, es un pequeño cilindro completamente independiente del chasis. Para garantizar su linealidad, es excitado con un generador de corriente alterna de alta precisión a partir de una fuente de alimentación de corriente continua. Pero la verdadera joya del Pro-Ject es el elegante brazo de lectura en forma de «S» fabricado a base de fibra de carbono y con una relación rigidez/peso extraordinaria. Por su parte, el plato está fabricado con un MDF de grosor sobredimensionado con un sistema de rotación basado en un cojinete de cerámica. El resultado de todo ello es una estabilidad y ausencia de vibraciones total. Desde luego, la solidez y los acabados de todos estos elementos ya me llevan a pensar en que estoy siendo injusto al calificar el RPM 1 Carbon como «entry-level». Es cierto que podemos hablar de él como accesible por su precio y por su simplicidad de funciones. Pero no es menos cierto que, con la cápsula Ortofon que incorpora, apunta muy alto en cuanto a prestaciones audiófilas.
Pruebas con mis viejos vinilos
He querido empezar las pruebas con «Casino» (1.978), uno de mis viejos vinilos de Al Di Meola. Precisamente porque pienso que las fuentes analógicas no deben limitarse a la música clásica y el jazz acústico. Efectivamente, en este disco, encontramos sintetizadores, guitarras eléctricas y ritmos trepidantes. El RPM 3 Carbon aborda todo eso con descaro y entregando la pegada necesaria para disfrutar al máximo de esta música fussion que tanto me gusta. Tengo el mismo disco en CD, y, al menos en este caso, prefiero la versión de vinilo. Quizá no tenga esa dinámica un tanto exagerada del cd, pero la fluidez y musicalidad general me resultan mucho más naturales. Pero la prueba definitiva, como otras muchas veces, nos la proporcionará, la voz humana. Para ello, me voy a proveer de un vinilo apenas usado que garantice la ausencia de ralladas y pequeños ruidos molestos. Nada mejor que «Tracy Chapman» (1.988) de la cantante homónima. Se trata de un álbum ganador de varios Grammy del que se han vendido casi 20 millones de copias. Y es ahora cuando comprobamos de verdad las virtudes del Pro-Ject. La voz de la Chapman se nos presenta muy natural, muy contenida, con esa peculiar cadencia que la hace tan espontánea. Este disco es de esos que siempre deberían escucharse en vinilo y el Carbon RPM 3 cumple perfectísimamente su función al transportarnos a esa época y a ese ambiente post-folk en el que se mueve la cantante afroamericana.
Aprovecho para ajustar de nuevo la unidad cedida. Vale la pena destacar que es posible hacerlo tanto en el ángulo vertical como en la inclinación lateral de la cápsula, algo generalmente reservado para aparatos mucho más caros. Continúo audicionando mi vieja colección de vinilos junto con algunos otros que me han prestado para la ocasión y acabo de comprobar las características que avalan al Pro-Ject. Limpieza de sonido, dinámica contenida y natural y, sobretodo, ese timbre cálido tan agradable de escuchar durante horas y horas. La única limitación de este giradiscos es la ausencia de tapa y su accionamiento manual. Pro-Ject ha concentrado su tecnología invirtiendo en sonido y sin añadir absolutamente nada superfluo. De esta manera, ha conseguido un producto cuyo resultado se acerca al de aparatos de segmentos superiores.
Europeo 100%
El Pro-Ject RPM1 Carbon está concebido como un producto de entrada a la marca austriaca fundada por Heinz Lichtenegger. Actualmente la mayoría se sus creaciones se fabrican en la República Checa de forma casi artesanal. Si tenemos en cuenta que incorpora un cápsula de imán móvil 2M Red de la danesa Ortofon, concluiremos que este pequeño Pro-Ject es un producto netamente europeo. En una época en que las marcas de alta fidelidad proliferan y expanden su rango de productos en todos los segmentos con producciones deslocalizadas, no está de más saber que podemos ser poseedores de un aparato que gracias a su origen y a su logrado diseño no deja de tener un cierto glamour. Si a todo ello le añadimos un sonido cálido, dulce y detallado nos encontraremos con una práctica solución para dar nueva vida a nuestros viejos vinilos. Y para quien aún no haya entrado en este mundo, con el Pro-Ject RPM 1 Carbon quedarán muy pocas excusas para no hacerlo y, de forma definitiva, por la puerta grande.
Características:
-Velocidades: 33, 45 (cambio manual)
-Plato: 300 mm. MDF
-Señal/ruido: – 71 dB
-Dimensiones: 380 x 110 x 350 mm.
-Peso: 3,8 Kg.