Aunque parecían en declive, las principales marcas se resisten a abandonar a los propietarios de discos compactos. Este lector de CD, Denon DCD 2500ne, recupera las esencias del formato hasta alcanzar elevadas cotas de pureza y credibilidad en la reproducción musical. Denon ha encontrado un lugar en la cumbre del High End con esta premiada fuente HiFi.
A partir de un planteamiento clásico y estrictamente sobrio, este aparato concentra todas sus prestaciones en una sola: la reproducción de discos compactos al más alto nivel de calidad (incluyendo, eso sí, SACD). No se pueden, por ejemplo, seleccionar filtros distintos u opciones de sobremuestreo. Se trata de un aparato muy sólido, con una elegancia a la que difícilmente le hacen justicia las fotos. Y con las funciones mínimas e indispensables para ejecutar el cometido mencionado. Pero cuidado, porque detrás de este diseño minimalista de pocos pulsadores y display también sobrio y funcional, se esconde un cúmulo de tecnología. Desde el momento en que instalamos el aparato e introducimos un cd en la bandeja somos conscientes de la categoría del mismo. El DCD-2500NE es muy pesado, con un chasis diseñado para evitar o neutralizar la más mínima vibración. La mecánica de transporte de esta fuente HiFi se mueve con un silencio sorprendente y con un aplomo que presagia una ausencia de avería en el futuro.
Por otro lado, el recorrido de la señal está reducido al mínimo a la vez que se emplea una circuitería avanzada miniturizada. El sonido resultante es muy detallado, libre de interferencias, localizado con precisión, altamente expresivo en el rango inferior, y muy fiel a cómo sonaban voces e instrumentos durante la sesión de grabación. Pero además, cuenta con un transformador de alta capacidad y con condensadores independientes para la parte de decodificación y la parte analógica. Este esquema permite un suministro robusto y estable para lograr un sonido verdaderamente equilibrado con sutileza en los detalles y vigor en los crescendos. Desde luego este Denon se hace plenamente acreedor del premio porque alcanza la excelencia sin manifestar ningún punto débil. ■