SONOS PLAYBASE: la cuadratura del círculo de un sistema único
Elegante y diferente, sí, pese a tener mucha competencia, gracias a una red propia muy robusta, una aplicación de gestión única y, por supuesto, un sonido de gran nivel. Esta es la realidad del concepto de audio inalámbrico propuesta por SONOS, una realidad que se reafirmó de nuevo en una presentación para la prensa que tuvo lugar en un céntrico piso de Madrid. El protagonista del evento era la PLAYBASE, un precioso producto que habría que englobar en lo que los medios especializados denominan “Soundbase” por aquello de separarlo de las “Soundbar” o barras de sonido.

En esencia, mientras que una “Soundbar” viene a ser, como indica su nombre, una “barra” que se coloca delante de la zona inferior de un televisor, por ejemplo, una “soundbase” incrementa de manera sustancial la profundidad de aquélla para convertirse en una especie de “pedestal” sobre el que descansa el televisor en cuestión. ¿Qué ganamos? A nivel estético, una mejor integración con el televisor, aunque hay que reconocer que hay barras muy bonitas y bien diseñadas. Pero donde la mejora es clara es en el sonido por cuanto el sustancialmente mayor volumen disponible como consecuencia del incremento de la profundidad incide directamente en la respuesta en graves, que puede a ser lo suficientemente generosa como para obviar la presencia de un subwoofer.

Forma y función en perfecta sinergia
Presentado por Eduardo Jaquete, máximo responsable de SONOS en nuestro país, y conducido por Rafael González, Jefe de Marketing de la marca para Europa, el evento contó además con la colaboración de Pascal Ancelin, Director de Desarrollo de Producto de SONOS para Europa del Sur y del Este, Oriente Medio y África.
He hablado de “cuadratura del círculo” a la hora de dar a conocer la PLAYBASE porque es un producto cuya ausencia en la propuesta de SONOS casi clamaba al cielo por la sencilla razón de que en la actual era de la alta y muy alta definición en audio y vídeo no era lógico que una compañía tan esencialmente innovadora careciera de un producto fundamental en no pocos espacios domésticos como consecuencia de la dictadura de los imperativos de forma –diseño- sobre los de función –prestaciones- en la práctica totalidad de televisores modernos. La PLAYBASE se ofrece por 799 euros, cifra que encaja a la perfección con los 3.000 euros o más que cabe asociar a un televisor de alta gama de última generación que pese un máximo de 35 kilos (lo que en principio se asocia a un modelo con pantalla de 65 pulgadas), que es precisamente el límite que puede soportar la SONOS. Como siempre, habrá quienes digan que 799 euros es mucho dinero porque consideran que una porquería de barra de sonido de 250 euros es suficiente para compensar el “no sonido” de los televisores de marras, pero quienes busquen calidad y, por la razón que sea, no puedan integrar su televisor en un equipo de Cine en Casa, entenderán que con la citada barra no basta salvo que elijamos un modelo de alta gama –Focal, Yamaha, Bowers & Wilkins- combinado con su propio subwoofer. En el fondo es un tema de coherencia, virtud que a veces parece no existir en el universo de la electrónica de consumo.

Llegados a este punto, ¿qué decir de la PLAYBASE? De entrada, que es francamente bonita y atractiva, en línea con la inconfundible estética de SONOS. Mide 720 mm de ancho por 58 mm de alto y 380 mm de profundidad, lo que en principio encaja con la mayoría de muebles en los que suelen ubicarse los televisores. Quizá más de uno considere que la profundidad es excesiva, pero, de nuevo, hay que tener en cuenta que en SONOS no han dedicado varios años –sí, varios años… como suena- a la PLAYBASE para llevar al mercado un producto más por “cool” y bonito que pueda ser. Como todo en la pionera –fue la primera que se tomo en serio el concepto de sonido multisala de calidad sin cables- firma californiana, la PLAYBASE es el resultado de un largo proceso en el que los imperativos estéticos y los de calidad a todos los niveles sonido, fabricación, usabilidad- han ido, como bien se refleja en el vídeo (https://youtu.be/Ros3QIjNf0w), cogidos de la mano. Esto nos lleva a un sistema que alberga en su interior nada menos que diez altavoces, concretamente seis de medios, tres de agudos y uno de graves, este último de 133 de diámetro dispuesto de tal modo –en vertical, por lógica- que se “carga” en un conducto –una especie de laberinto acústico- que, en compañía de una electrónica hecha a medida, permite lograr una respuesta en graves absolutamente impresionante, como bien se encargaron de demostrar nuestros anfitriones. Así a bote pronto, puedo asegurarles que frecuencias del orden de 40-50 Hz eran reproducidas con holgura y autoridad; vamos, sin que en ningún momento diese la sensación de que la SONOS iba a despeinarse ni el sonido global se emborronara/perdiese capacidad de discriminación. Para mi gusto, un gran logro. Misma percepción en el resto de gamas de frecuencias, en las que la nitidez –a la que sin ninguna duda contribuyen los 43.000 orificios de la rejilla frontal, con dimensiones calculadas para las diferentes zonas del espectro- y una buena aireación –aquí todo dependía bastante del tipo de contenido- eran la norma.

En su condición de abanderada reconocida del “smart is simple”, SONOS también ha dejado su impronta en el parámetro usabilidad de su flamante “base de sonido”, lo que significa que sus creadores se han empleado a fondo para que la potencia en manos del usuario sea la máxima posible –para ese tipo de producto en concreto- y, a la vez, la gestión de la misma sea lo más sencilla posible. Así, a nivel de conectividad vía cable se dispone del mínimo imprescindible, léase una conexión a la red eléctrica, una de tipo Ethernet y, para el enlace con el televisor, una de tipo de digital óptica, lo que nos lleva a una de las limitaciones de la SONOS: la imposibilidad de ir más allá del Dolby Digital de 5.1 canales a la hora de reproducir sonido envolvente. Una “limitación” que no lo es tanto porque, no nos engañemos, quienes buscan 7.1 canales o configuraciones pensadas para el audio 3D operan en otros parámetros. A nivel de gestión, la clave está en la SONOS App, que, cargada en el dispositivo móvil de turno, permite realizar un montón de ajustes tanto a nivel de configuración inicial como de personalización del sonido, destacando en este sentido la calibración TruePlay (por el momento, sólo disponible para dispositivos iOS).
El resultado final en cine no es tan impresionante –básicamente porque la separación entre canales no llega a la de un buen sistema de cajas acústicas para A/V- como en música, aunque la cosa cambia si añadimos a nuestra red SONOS una pareja de mini monitores PLAY:1 o PLAY:3 para que reproduzcan los canales de efectos. La PLAYBASE se puede reforzar de manera sustancial con su subwoofer activo con conexión inalámbrica dedicado, que añade otros 799 euros a la factura. Aún así, para mi gusto, creo que la gracia de este producto radica en la mejora que aporta cuando se utiliza en solitario pese a que, por supuesto, en función de la sala que tengamos o nuestras exigencias/necesidades siempre se puede ganar con la adición de los mencionados monitores. Otro aspecto clave de SONOS es la robustez de su propio protocolo de conexión inalámbrica, que utiliza la frecuencia de 2’4 GHz para garantizar una fiabilidad máxima en el área de cobertura sea cual sea la composición del sistema que finalmente acabemos configurando… para toda la casa si lo deseamos y el consiguiente “Modo Fiesta” por si un buen día nos da por celebrar algo por todo lo alto y hacerlo con un sonido de auténtica alta calidad sin complicaciones.
A modo de conclusión
Puede que la propuesta de SONOS no resulte ya tan singular como lo fue en sus inicios, pero es evidente que la indiscutible apuesta por la calidad –y no sólo sonora- de la marca estadounidense ha logrado que, incluso con la competencia imperante, siga marcando diferencias. De ahí que, para corroborarlo con esa perspectiva que sólo da el paso del tiempo, me permita la licencia de reproducir un texto que escribí al respecto en octubre de 2011. “Siempre he dicho que quien golpea primero golpea dos veces por cuanto demuestra audacia e iniciativa amén de una fuerte apuesta por algo en lo que se cree pero que resulta completamente desconocido para el resto de los mortales. Esto es lo que sucedió con el sistema de sonido envolvente con conexión inalámbrica presentado hace ya unos años por la estadounidense Sonos, una compañía que se propuso firmemente introducir el concepto de sonido distribuido en cuantos hogares fuera posible siguiendo unas coordenadas radicalmente distintas de las de los sistemas que inauguraron la idea “multiroom”.

Para entender el significado de lo que acabo de decir, basta con saber que Sonos salió a la luz –en el 2005 para ser exactos- cuando los equipos multiroom existentes eran caros y complejos (Linn, Meridian) aunque, para qué negarlo, muy buenos. Un elitismo que los ponía únicamente al alcance de usuarios con un bolsillo potente y que además tenían el privilegio de disponer de una sala de estar o salón principal capaz de albergar un equipo base que a menudo era imponente por el tamaño de las cajas acústicas y la sofisticación de las electrónicas. Además, en sus inicios tales equipos no contemplaban la conexión inalámbrica, por lo que su montaje requería el uso de grandes cantidades de cable y, en la inmensa mayoría de casos, la realización de obras para disponerlos adecuadamente. Sonos rompió con este elitismo al presentar un concepto que integraba ya desde el primer momento el potencial de Internet y las redes locales, a lo que añadió un esquema de conexión inalámbrica –en su momento, la gran revolución- segura muy depurado, unos productos sencillos –aunque con diferentes niveles de complejidad funcional y tecnológica- capaces no obstante de constituir los “ladrillos” sobre los que edificar sistemas formalmente muy extensos en los que tamaño compacto, aspecto “cool” y precio asequible no implicara tener que hacer concesiones potencialmente catastróficas en términos de calidad sonora.
Y así llegamos a la actual propuesta de Sonos, una propuesta que, cimentada en los elementos competitivos que tanto éxito han dado a la compañía a escala mundial –en la última edición de la berlinesa IFA, la marca anunció a los cuatro vientos que acababa de “sonorizar” su primer millón de salas, todo un récord- ha incorporado elementos tecnológicos de última generación a sus componentes clásicos con el fin de mantener su posición de liderazgo en un mercado cada vez más reñido.”
Vídeo del producto: https://youtu.be/Ros3QIjNf0w