POR MANEL SEGARRA
SONUS FABER OLYMPICA I
Estos monitores de dos vías respiran lujo y elegancia desde cualquier ángulo que se los mire, veremos si su sonido está a la altura
Después de algunas experiencias con las columnas Olympica II y III, tenía verdadera curiosidad en saber cómo se comportarían estos monitores de Sonus Faber sometiéndolos a un completo banco de pruebas. En ocasiones anteriores, hemos hablado de esas columnas de reciente aparición y la sensación general es que con la serie Olympica, la marca italiana quiere convertirse en referencia obligada. Desde luego, a la propia calidad de sus productos, cabe añadir que Sonus Faber dispone de una estructura empresarial que le permite entrar con fuerza en los diferentes mercados. Es la hora de ver, pues, si esas expectativas si cumplen o no.
De entrada, al desembalarlos, los Sonus Faber parecen más pequeños que lo que aparentan en las imágenes. En realidad, su original forma asimétrica y sin ángulos marcados las hace parecer más compactas de lo que son. Pero lo que más llama la atención es la exquisitez de sus acabados. El empleo de materiales nobles (madera natural y piel vacuna genuina) busca ese efecto de elegancia y exclusividad. Si además le añadimos el excelente acabado y detalles como los conectores, el fabricante del norte de Italia nos introduce, en una esfera de lujo y distinción.
La Audición
Con el CD «Folk Music» (2.007) del Deep Blue Organ Trio me doy cuenta inmediatamente que las asperezas que en su día detecté en las columnas, han desaparecido. Los platillos de la batería de Greg Rockingham se presentan con perfecto detalle pero sin ningún exceso de metalización. Como podré ir constatando en pruebas sucesivas, el tweeter de las Olympica I logra ser analítico y transparente sin excederse nunca. Aunque para definirlo mejor, diría que es informativo y elegante.
Seguimos con «Spain Again» de Michel Camilo y Tomatito. Enseguida percibimos otra de las virtudes de las Sonus Faber: la limpieza y fidelidad tímbrica en la restitución de instrumentos de cuerda. La guitarra está simplemente perfecta. No obstante, detectamos también un ligero esfuerzo en la zona medio baja; el piano de Camilo quizá pierde algo de peso en esa franja. Pero la mayor sorpresa está aún por llegar. Introducimos el CD «Culture Mix» (2.002) de Billy Cobham. La línea de bajo del primer tema «Aurora Borealis», que me encanta, se nos manifiesta con una fuerza increíble teniendo en cuenta el tamaño del mid-woofer. Desde luego, y en contra de todo pronóstico, la zona grave de las Olympica no es para nada tímida. Tampoco se trata de unos graves muy secos y con pegada contundente. Más bien diría que, como ocurre con muchos monitores de tamaño contenido, se enfatiza una rango de frecuencias determinado que consigue llenar sobradamente mi sala. Podríamos pensar que la zona baja no está tan bien resuelta como la zona alta, pero en honor a la verdad tengo que decir que el balance tonal resultante queda perfectamente equilibrado y, lo que es más importante: los dos transductores de las Olympica I restituyen todo tipo de instrumentos con una coherencia absoluta. Los ingenieros de Sonus Faber precisamente, han trabajado a fondo esta integración encargando la fabricación de estos drivers con unas especificaciones muy concretas. En ese sentido, puedo decir sin exagerar que han logrado una auténtica referencia en monitores de dos vías.
A fondo
Con tamaño compacto
Las Sonus Faber Olympica I son unas cajas acústicas de tamaño compacto que pretenden atraer al aficionado desde el primer momento. Al contrario de otras marcas más funcionales o minimalistas, en este caso, el aspecto y el detalle sí importan. Ser propietario de cualquier modelo de la marca vicentina significa introducirnos en una filosofía que excede la funcionalidad del propio objeto. Sonus Faber diseña y crea productos que, además de hacer bien su cometido deben exudar un aura de exclusividad que los diferencie de cualquier otro de su mismo segmento. Los diferentes modelos de altavoces (tanto monitores como columnas) no siguen ninguna moda porque es la propia marca italiana la que marca la tendencia indicando a muchos otros el camino a seguir. Cuando parecía que todo estaba inventado, la serie Olympica irrumpe con un diseño en el que se combinan materiales completamente diferentes y con una geometría en la que el bass reflex de una caja apunta a la derecha y otro a la izquierda. Por si fuera poco, en lugar del típico tubo, el puerto de salida consiste en un elegantísimo perfil de aluminio perforado. El usuario podrá escoger si, en función de su sala, los bass reflex apuntan al exterior o al interior. Una vez más, Sonus Faber ha acertado de pleno con unos monitores que se convertirán en objeto de deseo.
Características
TIPO:
Monitor 2 vias, bass reflex
– POTENCIA recomendada:
40 W – 150 W
– tweeter / midwoofer:
29 mm. / 150 mm.
– RESPUESTA EN FRECUENCIA:
50 Hz – 30 KHz
– sensibilidad:
87 dB
– DIMENSIONES / peso:
354 x 222 x 368 mm.
15 Kg.